martes, 18 de octubre de 2016

Es época de piojos...

Hoy me he encontrado este artículo publicado en el periódico El Mundo y me ha parecido interesante compartirlo...

LOS MITOS SOBRE LOS PIOJOS

(Cristina Galafate)

No vuelan o saltan de cabeza en cabeza.

Ni prefieren el cabello sucio

Los expertos desmontan creencias comunes sobre estos parásitos

18/10/2016 03:06

Si su hijo está en edad escolar lo más probable es que acabe cogiendo piojos a lo largo del curso. Las estadísticas dicen que uno de cada cinco niños se contagian en el colegio. De ahí que los corrillos de padres a los que estos parásitos traen de cabeza extiendan la leyenda de que los laboratorios se dedican a soltarlos en el patio para que las farmacias vendan más. Los expertos consultados por ZEN esbozan una sonrisa cuando escuchan tal afirmación. "Es una de las falsas creencias sobre los pipis, porque siempre coinciden las etapas de mayor infestación con la vuelta a las aulas después de las vacaciones, cuando los chavales juegan juntos, intercambian gorras, se abrazan...", explica el farmacéutico Enrique Bernat.

Profesionales como él están acostumbrados a batallar cada día con estos incómodos y minúsculos bichitos. Ya saben el procedimiento, lo que funciona y lo que no. A ellos acudimos para desmontar estos mitos y aclarar qué hacer en caso de que los pequeños de la casa lleguen quejándose de los picores.

Tienen alas

Los piojos pueden encontrarse en cualquier lugar y en todas las estaciones del año, pero no saltan ni vuelan. Imagínense si lo hicieran: sería imposible viajar en transporte público. Son insectos blanquecinos, salvo cuando chupan la sangre, que pasan a un tono rojizo, casi negro. "Se mueven rápidamente enganchándose con las patas al pelo, pudiendo aguantar hasta 24 horas sin estar en el cuero cabelludo, por lo que también se transmiten por contacto y a través de artículos como sombreros, cintas para el pelo, bufandas, almohadas...", explica Alba Moneo, farmacéutica del departamento técnico de Armonia cosmética natural.

Cosa de niños

Otra de las presunciones es que los piojos sólo atacan a los peques. Nadie está a salvo de estos inquilinos. "Lo que ocurre es que se produce más contacto entre los niños que entre los adultos por los juegos, las siestas en las colchonetas, los préstamos de utensilios personales... Es la población con mayor riesgo. Cuando se juntan es como una plaga y cae uno detrás de otro", añaden ambos farmacéuticos. Sin embargo, es importante que tanto los adolescentes como los adultos se examinen la cabeza cuando se detecta un caso cercano.

Cabello largo, su favorito

A veces se opta por cortar el pelo para evitar a estos huéspedes. Niños y niñas pueden tenerlos por igual, insisten los profesionales, si bien a una melena larga es más sencillo adherirse porque tiene más superficie de cabello. Por eso, recomiendan acudir a las clases con el pelo recogido. "Se ha visto que el pH es muy influyente. A mayor acidez del cuero cabelludo, menos atraídos se sienten estos parásitos", aclara Moneo.

Que el pelo sucio les guste más también es falso. "Los piojos prefieren el cabello limpio porque es una casa más habitable", responde Vanessa Arce, una de las dos socias de Bye Piojito, centro madrileño especializado en la eliminación de caránganos. Desmiente que ahora existan más piojos que antes. "Ha habido siempre, aunque las mamás no trabajaban tanto fuera de casa y se encargaban de acabar con ellos sin airearlo. No es cierto, pero tener piojos se asocia a la falta de higiene y nadie quiere que a su hijo le llamen piojoso. Ahora, al estar empleadas, quizá tienen menos tiempo de revisarles, algo que siempre recomendamos".

Lo afirma una persona para quien esta plaga se ha convertido en un negocio, atendiendo unos 100 casos al mes. "Un 60% de nuestros clientes repite pero no es la gallina de los huevos de oro. Tienes que tener gente dispuesta a pagar el servicio y situar el local en un sitio donde funcione. Podría equipararse a teñirte el pelo tú misma o con un profesional".

Árbol de té, ¿lo más efectivo?

Este ingrediente, que proviene de las hojas de Melaleuca, está presente en champús y lociones de prevención. Se ha puesto de moda y es un éxito en ventas al ser natural. Dermatólogos y farmacéuticos lo aconsejan para disminuir el pH del cuero cabelludo y aportar un olor característico que desoriente e inmovilice a los piojos. Coinciden en que no está de más poner unas gotas en la nuca y detrás de las orejas a los críos. Ahí es donde fácilmente anida un piojo hembra, que puede poner entre ocho y 10 liendres al día en estas zonas resguardadas y a mayor temperatura. En seis días serán nuevas ninfas y en unos 10 piojos. ZEN ha consultado estudios en humanos al respecto y no hay suficiente información para realizar conclusiones a favor o en contra de su uso cotidiano. "No existen activos que hayan demostrado que pueden prevenir la infestación", asevera Mónica Martín Yuste, Product Manager de Ducray.

Lo que sí es cierto:

La farmacia es el canal habitual para resolver dudas. "Hay una dicotomía entre permetrinas y siliconas. Mucha gente prefiere las primeras, que son insecticidas, porque son más conocidas o no se está dispuesto a pagar el precio de las siliconas, hasta siete euros más caras. Éstas actúan como una burbuja que encapsula a los piojos y mueren, por lo que resultan más efectivas", asegura Bernat, que aconseja kits que vienen con todo: champú, loción y liendrera.

Las marcas más populares son OTC, Fullmarks, Nyda, Isdin y Filvit, que acaba de lanzar al mercado un repelente de piojos para el hogar. Lo último son los peines eléctricos y todavía se aplica vinagre, remedio de toda la vida, que ayuda a desprender el cemento de la liendre, pero no a eliminar los piojos. Según el responsable de la farmacia Bernat, sea cual sea el método es importante leer bien las instrucciones y completar el proceso: algunos resisten. Y, sobre todo, "evitar acudir al cole con la infestación, alertar al profesor para que no se multipliquen, lavar toallas, gorros y ropa de cama a temperaturas superiores a 55º C y pasar a liendrera de vez en cuando", concluye Martín Yuste.

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